El control que la Orden de Calatrava ejerció sobre el uso del agua ha posibilitado la pervivencia de alguna documentación sobre las aceñas. Atendiendo al inventario de 1510, la Encomienda Mayor poseía dieciséis molinos en el río Agudo de los que, a fines del siglo XVII, solo dos se conservaban activos, según Corchado. A mediados del siglo siguiente (1752), el Catastro de Ensenada menciona cinco molinos en el río Guatemale; este topónimo es totalmente desconocido en la población y ningún otro documento lo menciona, pero los molinos citados en el Catastro se corresponden, en buena parte, con los que se se conservan junto al río Agudo: El Cubo, el Colorado, el de la Puente, el de Yegros y el Lobo, todos ellos, en 1752, eran de propiedad privada, contaban con una sola piedra y funcionaban durante cuatro meses anuales. El Cubo, el de la Puente y el Lobo todavía conservan el mismo nombre; el Colorado y el de Yegros parecen recibir su nombre de los respectivos propietarios por lo que, tal vez, pudieran corresponderse con el Churche y el de Pedro, cuyos escasos restos se conservan intercalados entre los primeros.
Bibliografía:
-Cabrera, I. y Penas, E. (1998): Agudo. Una villa de la Encomienda Mayor de Calatrava. Ciudad Real.
-Catastro de Ensenada (1752). Archivo Histórico Provincial.
-Corchado Soriano, M. (1984): Estudio histórico-económico-jurídico del Campo de Calatrava. Ciudad Real.